
El día 1 de julio hacía la aparición el Walkman de la marca Sony.
Debutó en Japón, haciendo que la música fuera portátil.
El nacimiento del walkman es una especie de mito urbano con varias versiones; se atribuye a Andreas Pavel (inventor alemán-brasileño) la invención del primer reproductor de audio estéreo portátil en 1972. Tras intentar vender sin éxito su idea a varias empresas europeas, Pavel decidió patentar su invento. Tras esto, Sony comenzó negociaciones con Pavel sobre la propiedad intelectual de la invención, a pesar de que la compañía siempre mantuvo que el inventor del Walkman había sido Masura Ibuka (uno de sus fundadores). Pavel llevó a juicio a Sony en Gran Bretaña en 2005, exigiendo que se reconociese que él era el inventor original del aparato, y siendo obligado Sony al pago de varios millones de dólares.

El primer modelo lanzado al mercado fue el TPS-L2 (en la imagen) en 1979, el cual era un aparato que permitía llevar música a todos lados en una caja con casetera que sólo guardaba una hora de música. Posteriormente, en los primeros años de los 80, Sony, Panasonic, Toshiba, Aixa y Sanyo fueron los principales productores de este tipo de dispositivos, intentando encontrar todas ellas un nombre tan exitoso como el producto, aunque ninguna superó el ingenio de Sony, cuyo Walkman se posicionó como el apelativo de referencia mundial, siendo la palabra incluída en El Larousse dos años después de su aparición.
El siguiente paso fue comercializar el producto. Como al principio muy pocos podían permitirse uno debido a su elevado precio (rondaba los 150 dólares), Sony decició enviar Walkmans a celebridades japonesas y estadounidenses para que hiciesen llegar el producto al usuario común.
Las innovaciones de este aparato estuvieron asociadas al diseño y la calidad; una de las premisas ha sido reducir el tamaño sin perder la estética y calidad del sonido.

El Walkman (también comercializado como Soundabout y Stowaway) es recibido con la misma fanfarria cuando se introduce en junio de 1980 en los EE. UU., donde los clientes están ansiosos por diseñar sus propias bandas sonoras para animar las tareas diarias mundanas como ir al trabajo, comprar y hacer ejercicio (los años 80 también son el apogeo de la locura de los aeróbicos). Para la generación más joven, el dispositivo no solo es un símbolo de estatus, sino que hace que sea más fácil compartir cintas caseras, la respuesta de los años 80 a los bootlegs.
Con los precios de los discos en aumento, los casetes se están convirtiendo rápidamente en la alternativa más barata y conveniente que girar vinilos en casa. En los próximos tres años, la venta de cintas de casete supera a la de vinilo por primera vez, con Sony y sus competidores luchando por lanzar nuevos modelos con nuevas características, incluida la impermeabilización y la capacidad de AM / FM, para satisfacer la demanda.

De su evolución podemos destacar la primera comercialización del modelo D-1/2, una cinta de audio digital para uso profesional (el principio de aparatos digitales). En 1983 apareció el walkman amarillo, deportivo y resistente al agua, que marcó el ingreso del aparato a otros deportes. En 1984, el Walkman tradicional se transformó en una pequeña caja que cabía perfectamente en el bolsillo, de una anchura mínima que permitía cargar decenas de canciones en un disco compacto. Fue el primer Discman de la historia, el codiciado modelo D-50.

Pero esto ya es otra historia…
Y tú, ¿has tenido algún modelo?
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