A sus 76 años, la voz cantante de Fleetwood Mac reflexiona sobre su exitosa trayectoria, los momentos oscuros, y un renacer artístico que corona en su disco “The Lighthouse”
Cuando en 2019, Stevie Nicks subió al escenario del Salón de la Fama del Rock & Roll como solista, no solo recibió un reconocimiento personal, sino que hizo historia. Fue la primera mujer en obtener este honor por segunda vez, un hito que ya había alcanzado como parte de la icónica banda Fleetwood Mac en 1998.
Con su voz única y su presencia magnética, Nicks no solo definió una era musical, sino que también dejó una huella imborrable en la cultura popular. Desde los himnos de Fleetwood Mac como Rhiannon y Dreams hasta éxitos en solitario como Edge of Seventeen, su música ha resonado con generaciones de oyentes, convirtiéndola en un referente absoluto del rock.
El viaje de Nicks hacia la cima comenzó con Fleetwood Mac, donde su unión creativa y personal con Lindsey Buckingham transformó a la banda en una potencia musical. Con el lanzamiento del álbum Rumours en 1977, Fleetwood Mac alcanzó niveles de éxito sin precedentes, vendiendo más de 40 millones de copias y consolidándose como una de las bandas más grandes de todos los tiempos.
Sin embargo, Nicks también decidió explorar su propio camino artístico. En 1981, debutó como solista con el álbum Bella Donna, que alcanzó el número uno en las listas de Billboard y marcó el inicio de una carrera independiente que no solo complementó su trabajo con Fleetwood Mac, sino que también amplió su legado musical.
El estilo de Stevie Nicks es tan icónico como su música. Desde el comienzo de su carrera, la cantante construyó una identidad visual que complementa su voz única y su presencia en el escenario. Vestidos largos, mantones vaporosos, sombreros de ala ancha y plataformas forman parte de su indumentaria característica, elementos que evocan misterio, poder y un aire de romanticismo gótico.
En una entrevista con Rolling Stone, la cantante reveló que posee “una amplia colección que guarda en una bóveda con temperatura controlada para preservar su estado”. Estos mantones no son simples accesorios, sino extensiones de su expresión creativa, utilizados para añadir dramatismo a sus presentaciones en vivo. Uno de los más famosos es el que usa durante Gold Dust Woman, canción en la que la prenda se convierte en parte del espectáculo, moviéndose al compás de sus movimientos hipnóticos.
El compromiso de Stevie Nicks con su estilo refleja su autenticidad como artista. En un mundo donde la moda a menudo sigue tendencias pasajeras. Esta coherencia no solo refuerza su imagen, sino que también la establece como una figura de confianza y admiración en el panorama cultural.
Fuente: infobae
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