

¿Por qué la tecnología todavía no ha solucionado esto?
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Hoy salían a la venta las entradas para los conciertos de Bad Bunny. Lo que debería haber sido un día feliz para los fans se ha convertido en una pesadilla. Muchos se quejaban en redes de los mensajes de error en el navegador, las colas virtuales interminables, las interrupciones forzadas del proceso o lo peor, los mensajes de "entradas agotadas" —o de error— cuando acariciaban el éxito en esa misión imposible.

Venta por de orden de llegada = frustración. Los sistemas de ventas de entradas tradicionales funcionan bajo un viejo y teóricamente sencillo principio: el primero que llega es el primero que la compra. En informática esto se conoce como el sistema FIFO (First In, First Out) para la implementación y gestión de colas, y no tiene mayor misterio. O al menos, no hasta que intentas aplicarlo a la venta de entradas de macroeventos. Entonces, desastre.
Demasiada demanda. Lo hemos experimentado hoy cuando han salido a la venta las entradas para los conciertos de la gira mundial de Bad Bunny. La demanda ha sido colosal y ha superado la oferta, lo que ha provocado que el servicio que gestionaba la venta directa online haya colapsado. Los mensajes de error eran constantes, y muchos usuarios veían cómo tenían que esperar colas virtuales interminables y el proceso se interrumpía en momentos totalmente aleatorio sin que ellos pudieran hacer nada. Cuando las colas virtuales llegan a cifras de 15.000 usuarios —por poner un ejemplo, los hay mucho más disparatados— el sistema deja de tener sentido. No es útil ni operativo.

El "scalping" a la orden del día. Este término bursátil se aplica también en estos escenarios y se refiere a la técnica de comprar entradas con bots y otros sistemas que permiten evitar los límites impuestos a las adquisiciones de entradas para usuarios humanos. Ticketmaster hasta creó el sistema fan-to-fan como una polémica reventa oficial bendecida por el sistema de la que Tickemaster, por supuesto, se lleva su comisión. Se estima que TicketMaster y Live Nation controlan el 70% del negocio de la venta de entradas.
Y más problemas con la reventa. Hay toda una economía alrededor de páginas como Viagogo o StubHub, que compran entradas en masa y luego las intentan revender a mayor precio. El grupo alemán de heavy metal Rammstein acudió a los tribunales al demandar a Viagogo, empresa con la que llevan peleando desde 2018 por este tema.
Y a ti, ¿Qué solución le pondrías?
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