

La periodista Jenny Eliscu y la cineasta Erin Lee Carr investigan la lucha por la libertad de Britney Spears a través de entrevistas exclusivas e informes confidenciales.
Si bien hay diferentes documentales sobre el caso, este revela detalles exclusivos y testimonios de personas muy cercanas a la compositora de “Me Against the Music” en aquellos años. Todas las pruebas que reunieron Eliscu y Carr no hacen más que exponer aún más el sistema patriarcal y siniestro en el que se vio envuelta Spears en los últimos 13 años.
“Hola, mi nombre es Britney Spears. Llamé hace rato y llamo de nuevo porque quiero asegurarme de que durante el proceso de eliminación de la tutela”, narra el trailer, mientras que el voicemail con fecha del 21 de enero de 2009 continúa: “con la que mi padre me ha amenazado varias veces antes con quitarme a mis hijos. Sólo quiero que me garanticen que todo estará bien con ese proceso (de eliminación), y que ustedes se ocuparán de todo. Que las cosas seguirán igual en lo que respecta a mi tiempo de custodia. Eso es todo, adiós”, así continúa y finaliza la transcripción completa de ese primero (de tres) mensajes de voz de Britney hacia un abogado involucrado en los inicios del caso.

La fuerza de esos audios, en los otros dos habla sobre estar “chantajeada con la visitación de mis hijos... Estoy confinada, restringida y despojada de mis derechos civiles”, y uno más donde hace la petición de tener un abogado que la represente, perdieron peso mediático después de que se les declaró como falsos.
El documental de Netflix narra la lucha de la llamada princesa del pop, todo un icono para varias generaciones, por recuperar el control de su vida tras su sonada crisis de 2008. Aquel año, la cantante perdió la custodia de sus hijos tras divorciarse de Kevin Federline, un hecho que hizo mella en su salud mental y provocó su ingreso en una clínica psiquiátrica. Fue entonces cuando su padre, Jamie Spears, se convirtió en su tutor legal por orden judicial para proteger sus finanzas.

El documental pretende demostrar que el control que ha ejercido Jaime sobre su hija ha sido totalmente abusivo y que no se ha limitado a salvaguardar su patrimonio, que ronda los 60 millones de dólares, sino a explotar a la cantante para seguir generando ingresos millonarios a su costa. Como tutor legal, Jaime se ha adjudicado un sueldo mensual de 16.000 dólares y un 1,5% del beneficio de la venta de las entradas de los conciertos. 'Britney vs. Spears' también señala a otras personas de su entorno que se habrían beneficiado económicamente de la tutela, como Lou Taylor, la antigua representante de Britney; o Jaime Lynn Spears, su hermana pequeña.
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