

¿Pero por qué los músicos prefieren vender?
Les invito a leer la primera parte del artículo pinchando aquí.
La primera razón tiene que ver con el hecho de que desde la existencia de plataformas como Spotify los artistas pueden obtener datos concretos de las transmisiones y descargas de cada tema, haciendo que sea más fácil calcular el valor de un catálogo musical.
La segunda razón, tiene que ver con la posibilidad de repartir dinero a sus herederos en lugar de dejarles complicadísimos derechos de autor, que siempre pueden acarrear problemas legales o incluso disputas entre quienes reciben dicha herencia.
Estos grandes grupos de inversores que compran dichos catálogos saben que la música de grandes artistas nunca pierde su valor. Estos nombres icónicos de la industria, con éxitos legendarios, seguirán formando parte de nuestras listas de reproducción, y ese es un negocio que tiene que ‘sonar’ muy bien, en los oídos de cualquiera.
Federico Fischer Castells, experto en propiedad intelectual y derecho del entretenimiento de Fischer Abogados, señala que esta pregunta no tiene una respuesta unívoca, puesto que existen múltiples razones por las cuales ocurre esto.

Un motivo es que el avance de las tecnologías y su aplicación a las industrias creativas trae aparejado un importante crecimiento en la variedad de modalidades digitales de explotación de catálogos musicales y de los ingresos derivados de estas.
A esto se suma lo que Fischer llama el “boom” del streaming, las redes sociales y la aparición de la Inteligencia Artificial y sus diferentes posibilidades, que han determinado que se proyecte para los próximos años un crecimiento sostenido de las regalías esperadas por la explotación de catálogos musicales.
Precisa que, por otro lado, vender sus catálogos es ventajoso para los artistas, ya que les permite desligarse de la administración o el control de su explotación y obtener, en una sola transacción, una suma que compense por el valor de las regalías esperadas por la explotación total del catálogo a lo largo de muchos años.
Además, teniendo siempre en mente que los catálogos musicales son activos de propiedad intelectual con un valor intrínseco, que han visto crecer un renovado interés en ellos como un capital cultural y financiero, muchos artistas y profesionales de la industria han aprovechado de manera única este valor para generar miles de millones de dólares en ventas y compras por catálogo en las últimas dos décadas, explica el informe Understanding two decades of Music Catalog purchases.
Todd y Jeff Brabec, profesores adjuntos de licencias y contratos de canciones de la Universidad del Sur de California, coinciden con Fischer en que el uso de la música está en su punto más alto tanto en los medios tradicionales como en medios digitales, donde la proliferación de nuevas plataformas ha creado un sinnúmero de oportunidades para la explotación de los derechos de autor musicales, aparejadas con un mayor valor.
Poder invertir, aumentar su participación en el mercado y competir en un mundo de conglomerados multinacionales de comunicación, que requiere de la adquisición de derechos de autor, suelen ser las razones de los compradores, mientras que capitalizar sus canciones, inyectar capital en un negocio o planificar sobre su patrimonio suelen ser los motivos de los vendedores.
Y a ti, ¿qué te parece las ventas de los catálogos?
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