
Rescatamos lo mejor de su entrevista en la revista ICON de el periódico EL PAÍS
Sí, la principal constante es Roxy Music: Ferry fundó la mítica formación en 1970 y la lideró en solitario desde la partida de Brian Eno en 1973: “Ningún grupo puede tener dos líderes y menos si los dos se llaman Brian”, llegó a decir Eno. Hubo un punto, después de años de rivalidad, en que los fans del grupo preferían a Eno antes que a Ferry e interrumpían los conciertos. Pero Ferry niega la mayor: “Todos teníamos nuestros fans. No hubo ninguna pelea. Hicimos dos buenos álbumes juntos y siempre me ha gustado trabajar con él. No vive lejos y nos vemos de vez en cuando. Los dos trabajamos duro, nos gusta la creatividad y tenemos sentido del humor. Somos muy parecidos en ciertos aspectos. Él ha tenido una carrera muy interesante y yo espero que también”.
Roxy Music se disolvió oficialmente en 2014, aunque en realidad llevaban décadas dedicados solo a hacer giras. Su último álbum, Avalon, con el que consiguieron el número uno en medio mundo y vendieron un millón de copias, se publicó en 1982. Con él, Ferry culminó el giro del grupo, que había empezado en los setenta como epítome del glam rock y sus boas, sus lentejuelas y su maquillaje, y en los ochenta terminó siendo el vehículo perfecto para su mutación en cantante melódico: un seductor sofisticado, elegante y con voz de terciopelo. En realidad casi no hay diferencias entre el estilo de Avalon y su continuación, Boys and Girls (1985), con la sutil diferencia de que este último lo firmaba solo Bryan Ferry y fue su primer número uno en solitario.

El año pasado Ferry publicó Retrospective: Selected Recordings 1973-2023, antología que recoge 50 años de grabaciones en solitario: una recopilación de éxitos, rarezas y cortes poco conocidos que le ofreció la oportunidad de mirar hacia atrás y reflexionar sobre su trabajo, algo que no había hecho a menudo. ¿Hay algunas etapas de su catálogo que el público adora pero él ve con desapego? “Bueno, ya sabes, la música es muy de su tiempo, y a menudo muy personal. Hay canciones que han cobrado vida propia para el público y, aunque es algo que agradezco, algunas de ellas parecen pertenecer a una versión distinta de mí mismo. Pero ahora puedo observar mis primeros trabajos desde la distancia. Como artista, siempre estás avanzando o, al menos, tratando de hacerlo. Así que, aunque respeto esas obras y la conexión que la gente establece con ellas, mi relación evoluciona. No se trata tanto de renegar, sino más bien de mirarlas desde lejos, como viejas fotografías”.

Es imposible separar la música de Bryan Ferry de su estética: “Bryan Ferry es el cantante más lánguido y mejor vestido del mundo”, dijo la edición británica de GQ en 2005, antes de llamarle “trovador de lujo”. En el caso de Ferry no hay separación entre estilo y sustancia: su atuendo es un fiel reflejo fiel de lo que va por dentro. “No existe separación entre la forma en que me visto, la música que hago o la atmósfera que intento evocar: todo forma parte del mismo lenguaje, de un estado de ánimo”, afirma hoy.
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Y a ti, ¿Prefieres su carrera en solitario o cuándo estaba con la banda?
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