

Os quiero transmitir la energía del concierto del grupo liderado por Pat Monahan
Un servidor era la primera vez que acudía a las instalaciones de las noches del botánico en Madrid para disfrutar de un grupo al que llevo siguiendo desde hace años. Hay un tema, When I Look To The Sky, que en su día se convirtió en el tema en el que mi esposa y yo nos sentíamos identificados como pareja y desde entonces mi amor por esta banda, sólo ha ido que creciendo.

Las instalaciones tienen encanto y permiten que el espectador se relaje en ellas, las disfrute y repose con su bebida preferida en las amplias zonas ajardinadas. El personal en todo momento está atento y se cuida con máximo respeto la naturaleza, la vegetación y las energías renovables juegan un papel protagonista. La conexión es absoluta entre la música, el ser y la vegetación. Por algo, la Academia de los Premios de la Música de España, le otorgó el galardón a Noches Del Botánico como Mejor Evento Musical del Año por lo realizado en 2024.

En la gigante pantalla central que custodia el stage, una potente luz blanca dirigida al público es acompañada por el estruendoso sonido de una locomotora de vapor que se dirige en dirección a la platea e instantes después como si colisionara con los presentes, se puede observar el nombre de Train para enlazar con “Calling all angels” y desatar una catarata de rock en todo el recinto. Increíble inicio de la banda estadounidense con más de tres décadas de trayectoria para corroborar su buen estado de forma.

Train, refleja en vivo una vitalidad absoluta, una furia compleja y unos riffs que acarician vehementemente el corazón del respetable. Mas allá de su gran repertorio lleno de himnos muy radiados, también hay tiempo y espacio para honrar a algunos de los grandes de la historia de la música, con covers de Led Zeppelin, Eagles (ambos temas acompañados por el hijo de Pat Monahan en el escenario) resulta curioso las maneras y el género en las que apunta el chaval de 15 años. Pero también hubo tiempo para los grandes The Beatles y el popular Teddy Swims se vio representado por su Loose Control a manos de un Pat, que sinceramente no se le notan los años ni el desafino. Y es que la experiencia es un grado.
El público canta junto al grupo en cada pieza y este, se siente arropado. Train juega de local en Madrid y es evidente. “Meet Virginia”, “Save me, San Francisco”, “Play that song” y “Parachute”, hacen las delicias del respetable. Es como si se suspendiera el tiempo y aflora en el aire, sobrevolando un aroma a noche épica, inmortal y cargada de rock sublime.

El tramo final es para enmarcar y corroborar que Train luce más músculo que nunca: “Hey soul sister”, “Drive by”, “Hotel California” de los mencionados Eagles y coronan la histórica noche con “Drops of Jupiter”. Aplausos, aplausos y más aplausos se llevaron durante varios minutos al concluir.
Y es que... ¡pasajeros al Tren!

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