

Dirigido por Thom Zimny, quien previamente realizó documentales sobre músicos como Elvis y Willie Nelson, e incluso actores como Sylvester Stallone, The Beach Boys hace muy buen uso de material de archivo y entrevistas exclusivas de algunos de los miembros de la banda para contar los orígenes de la misma.

Algo que quizás hoy en día damos por sentado es que, con cualquier banda moderna, podemos tener videos de recitales, entrevistas y apariciones en televisión al alcance de la mano. Con bandas contemporáneas a The Beatles, conseguir dicho material conlleva un arduo trabajo.
Es por eso que las mejores partes del documental son esas ventanas a otros tiempos, en los que la historia se cuenta con materiales de lo que pasaba en ese entonces. Además de algunas anécdotas de los músicos, podemos ver clips de shows de televisión de la época e incluso, lo que me resulta más interesante, audio de conversaciones en los estudios de grabación. Estos últimos se utilizan más que nada para ilustrar la difícil relación entre Brian Wilson, el denominado genio detrás de la banda, y su padre.
Brian Wilson, líder creativo de la banda formada en 1961, en Hawthorne, California, es una leyenda viva (81 años, en silla de ruedas y con un trastorno neurocognitivo) y su biografía es ampliamente conocida, al menos por quienes se interesan en esos asuntos. Por su enorme talento musical tanto como por sus vaivenes psiquiátricos, la vida de Brian ha sido tema de comentario y análisis en el periodismo de rock desde la década del 60 hasta estos días (en que los otros Beach Boys sobrevivientes siguen de gira).

La película, dirigida por Frank Marshall y Thom Zimny, se enfoca en la historia “general” del grupo, desde su formación, con una notable cantidad y variedad de material de archivo. Muestra en blanco y negro a la pandilla de hermanos Dennis, Carl y Brian, el primo Mike Love y el vecino Al Jardine, clavando armonías angelicales como chicos prodigio con guitaras eléctricas, y luego saltar a los sets de televisión y los grandes escenarios, creciendo en público y volviéndose artistas cada vez más complejos. Archivos y testimonios son matizados con comentarios de “artistas invitados”, como Lindsey Buckingham, Janelle Monáe, Ryan Tedder y Don Was.
Entre los hallazgos, hay filmaciones de los chicos en estudio y audios de discusiones durante las estresantes jornadas de trabajo musical. Abundan también los testimonios de los propios Beach Boys en sus distintas formaciones, algunos de viejas entrevistas, muchos otros registrados especialmente para esta película.
El tratamiento de la rivalidad con los Beatles y la obsesiva creación de “Good Vibrations”, en cambio, son momentos de fiesta para cualquier melómano, mientras que el final es otro gran logro de producción, sin duda, por más que parezca ligeramente subexplotado.

Junto al estreno del documental, se lanzó la banda sonora oficial en las plataformas musicales de streaming. La banda sonora se presentará bajo el título "The Beach Boys: Music From The Documentary". En el álbum encontraremos grandes éxitos completamente remasterizados para completar el homenaje a una de las grandes bandas de la historia de la música moderna.
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