🎶 Dale al play... Oasis se despide (de UK)👀

Oasis despidió Londres con dos conciertos masivos en Wembley los días 27 y 28 de septiembre de 2025 como parte del tour de reunión Live ’25. La dupla Noel y Liam Gallagher volvió a compartir escenario tras años de distancia, ante audiencias de 90 000 personas por noche. El repertorio incluyó himnos generacionales como Wonderwall, Don’t Look Back in Anger y Champagne Supernova, sumados a momentos simbólicos, pirotecnia y gestos que reforzaban una narrativa de reconciliación tácita. Fue un espectáculo que apeló tanto al fanático veterano como al público que descubre la banda en esta nueva etapa.

Las críticas especializadas valoraron la puesta en escena con entusiasmo aunque con matices. Pitchfork destacó que algunas canciones de tempo medio parecían versiones lentas de los éxitos más rápidos, pero reconoció que el público las convirtió en cánticos masivos, anulando cualquier objeción técnica sobre ritmo o transición. 

The Independent valoró que el abrazo rápido entre los hermanos al final del show fue simbólicamente poderoso, dado el historial conflictivo entre ellos, afirmando que el concierto fue “fantástico” pese a que en escena apenas cruzaron unas pocas palabras. 
Standard comentó que, tras 16 años sin tocar juntos en Londres, Liam ofreció una actuación que muchos esperaban, haciendo justicia al peso del repertorio y la expectativa. 

Desde el punto de vista técnico, el sonido del concierto generó opiniones dispares: en recintos cerrados como Cardiff se mencionó que el volumen fue “ginormous” y que la acústica se sentía imponente con el techo cerrado del estadio. 
Sin embargo, algunos asistentes en redes sociales criticaron ecos o que ciertos pasajes estaban demasiado bajos para el contexto de estadio. El escenario, según comentan fuentes de backstage, se vivió con una atmósfera de celebración íntima: cervezas, ambiente de reencuentro y artefactos visuales sutiles mezclados con nostalgia. 

En el aspecto simbólico, lo que ocurrió detrás del telón fue casi tan significativo como lo que sucedió frente al público. A pesar de que Noel y Liam ingresaron por separado y mantuvieron una comunicación limitada sobre el escenario, su convivencia en backstage fue descrita como un “rolling wedding reception”: momentos de cordialidad, abrazos discretos y un ambiente menos tenso del esperado para dos hermanos con historia de enfrentamientos. 

Este contraste entre distancia escénica y proximidad disimulada alimenta la narrativa de que la gira no solo funciona como despedida, sino como un proceso de reencuentro emocional frente a miles de testigos.

En conjunto, Wembley no fue simplemente un cierre de gira: fue un momento de catarsis colectiva, un fenómeno de nostalgia generacional cargado de emoción y técnica desplegada. Los conciertos se transformaron en un ritual donde el pasado, el presente y la posibilidad de un futuro compartido entre los hermanos Gallagher confluyeron en un relato musical que muchos esperaban que no terminara.

Y tú, ¿has podido disfrutarlos y verlos en directo? 

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