Tal día como hoy en 1992 se grabó uno de los mejores conciertos bajo la cadena MTV. Su éxito masivo: es uno de los pocos álbumes en ser certificado como diamante en los EE. UU. y fue platino en todo el mundo; también ganó el Grammy al Álbum del Año en 1992, lo que hace que sea difícil colocar el MTV Unplugged de 1992 de Eric Clapton en contexto, pero es importante hacerlo.
El paso del tiempo ha difuminado las líneas que separan todos estos eventos, sugiriendo que el Unplugged de Clapton de 1992 fue el primer álbum de MTV, que fue el único responsable de revitalizar la carrera de EC, que fue el lugar donde se estrenó "Tears in Heaven", cuando nada de eso es del todo cierto. Lo que sí es cierto es que Unplugged es el concierto y el álbum que estableció el programa de MTV como un escaparate elegante y elegante para los artistas ansiosos por redefinirse a sí mismos a través de la reexaminación de sus catálogos, que es lo que Clapton hizo astutamente aquí.
Llegó tres años después de la carrera del MTV Unplugged, 1989 también fue el año en que Clapton se movió artísticamente con el AOR seguro de Journeyman, y un año después de que Paul McCartney estableciera la práctica de un lanzamiento oficial de un álbum de una sesión Unplugged con su propio Unplugged (The Official Bootleg). También en 1991, el hijo pequeño de Clapton, Conor, murió en un trágico accidente. El guitarrista escribió "Tears in Heaven" como un tributo a su difunto hijo y, a través de su inclusión en la banda sonora de Rush de 1991, se convirtió en un sencillo exitoso y, más tarde, en una pieza central del set Unplugged.
El éxito del álbum fue un lento rastreo a través de "Layla" de Derek & the Dominos, convirtiendo ese angustioso aullido de dolor en una mezcla acogedora y todo el álbum avanza a un paso amable similar, tomándose su tiempo y disfrutando de desvíos hacia viejos estándares de blues. Clapton está abrazando su mediana edad y el placer de Unplugged es escucharlo optar por salir del juego de las estrellas del pop mientras toca canciones que siempre le han gustado. Es revelador que sean estas versiones de blues y folk -"San Francisco Bay Blues" de Jesse Fuller, "Hey Hey" de Big Bill Broonzy, el estándar "Alberta", "Rollin' and Tumblin'" de Muddy Waters, dos canciones de Robert Johnson ("Walkin' Blues", "Malted Milk")- las que son las mejores interpretaciones aquí; son alternativamente animados y relajados, Clapton se ajusta felizmente a los contornos de las composiciones.
Nos reencontramos con este dicso a un músico con estado de gracia, que desprende calidad y vitalidad en cada uno de los cortes del disco, rodeado de viejos amigos y colaboradores habituales con los que se funde en una armonía total y eso se nota en el resultado final: un repertorio sincero y pasional con un reflote de sus raíces más blues.
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