
Lanzado el 1 de marzo de 1973 en Estados Unidos y el 24 de marzo en el Reino Unido, se convirtió en un éxito inmediato, alcanzando el primer puesto en la lista Billboard 200 y marcando un antes y un después tanto en la historia de la música
El diseño original del álbum fue obra del colectivo británico Hipgnosis, fundado en 1968 por Aubrey Powell y Storm Thorgerson, este último compañero de estudios en Cambridge de los miembros de Pink Floyd. La colaboración de Hipgnosis con la banda comenzó con la portada del álbum A Saucerful of Secrets, pero sería con el artwork diseñado para The Dark Side of the Moon cuando el colectivo artístico alcanzaría su máximo reconocimiento.
La carpeta del álbum, diseñada en formato desplegable, muestra en su portada un prisma que refracta la luz blanca y la descompone en los colores del arcoíris. La idea del prisma surgió a partir de una fotografía que previamente había visto Thorgerson. Según explicó él mismo en declaraciones recogidas en Shine On, la caja recopilatoria editada en 1992 con motivo del 25 aniversario de la banda: «Roger [Waters] habló sobre las presiones de estar de gira, la locura, la ambición… y el triángulo es un símbolo de ambición. Rick [Wright] buscaba algo más gráfico, menos fotográfico, algo más elegante que antes. El espectáculo de luces de los Floyd era considerado muy poderoso, y el prisma parecía una buena manera de reflejarlo gráficamente».

Hipgnosis realizó hasta siete diseños distintos para la portada, pero todos los miembros de Pink Floyd coincidieron en que la propuesta del prisma era, con diferencia, la mejor. El diseño del prisma representaba tres conceptos clave: la iluminación espectacular de los conciertos de la banda, las letras profundas del álbum y el deseo explícito de Richard Wright de crear una portada más «sencilla y pulcra».
El arte final fue ejecutado por el diseñador e ilustrador británico George Hardie, colaborador habitual del colectivo Hipgnosis. En 2001, el propio Storm Thorgerson profundizó en el simbolismo de la portada: «El prisma hacía referencia a los efectos de luz en los conciertos de Pink Floyd. Además, una mayor representación física del triángulo era la pirámide, reflejando la locura y funcionando como símbolo de la desmesurada ambición. Las pirámides evocan asimismo el cosmos, pero también la locura –explicaba–. Todos estos aspectos se encuentran en el álbum. El espectro luminoso de la cubierta se prolonga en el dorso del estuche y en el interior del vinilo, para mostrar que todos los fragmentos del disco están encadenados».

Fuente graffica
+info: darkside40.pinkfloyd.com