Se veía venir. Que cada vez se compran más discos de vinilo es una tendencia en auge desde hace tiempo, pero el año pasado por primera vez desde 1987 se vendieron más unidades en este formato que en CD, al menos en Estados Unidos. En 2022 los aficionados a los vinilos compraron más de 41 millones de unidades, frente a 33 millones de CDs despachados, según la Recording Industry Association of America (RIAA). Es decir, un 3% más que en 2021, cuando la cifra ya fue de 40 millones.
En un momento en el que prácticamente todos escuchamos música a través de los servicios de streaming, el viejo vinilo ha sabido captar un nuevo público. De acumular polvo como trastos viejos sin utilidad a recuperar parte del esplendor del pasado, cuando durante décadas fue el formato preferido de los melómanos.
Muchos aficionados actuales saben apreciar la calidad del disco de vinilo, que provecha mejor el rango dinámico de la sonoridad y refleja con mayor precisión las ondas sonoras que la música en streaming, más comprimida. Pero también ofrece una experiencia visual más atractiva, con sus grandes portadas, el cuidado arte de las carpetas y sus libretos. En una época de intangibles el vinilo aporta el valor del objeto físico que se puede coleccionar, admirar y exponer en las estanterías.
De hecho, la artista que más ejemplares de vinilo vendió en 2022 fue Taylor Swift, con 945.000 unidades de 'Midnights', según datos de Luminate. Por detrás, Harry Styles, que vendió un total de 480.000 copias de 'Harry's House' y 'Sour' de Olivia Rodrigo (263.000). En el cuarto puesto encontraríamos el primer clásico moderno, 'Good Kid, M.A.A.D City' de Kendrick Lamar (254.000), y en el quinto el primer clásico atemporal, 'Rumours' de Fleetwood Mac (243.000).
Es cierto que los formatos físicos únicamente representan el 11% de los ingresos de la industria de la música. Según el informe publicado por la RIAA, el número de usuarios en plataformas de streaming de música creció hasta los 92 millones, superando los 84 millones de 2021. Pero el porcentaje creciente que araña el formato físico no es nada desdeñable en estos tiempos y augura que la 'fiebre' por el vinilo ha venido para quedarse.
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